Musica en general

La percepción auditiva y la audicón de obras musicales.

La percepción auditiva es la función sensorial relacionada con advertir la presencia de sonidos.


En la audición siempre se deben tener en cuenta varios factores, tanto fisiológicos como psicológicos, que inciden en la percepción final del sonido. El primer factor sería el hecho de que disponemos de un sistema periférico innato por naturaleza: el aparato auditivo. El oído es el órgano receptor en donde comienza el camino a través del cual el estímulo acústico se va a convertir en sensación sonora. Se trata de un complejísimo sistema, el cual trabaja en combinación con otros transductores sensoriales (ojos, tacto, etc.) Todos ellos nos van a facilitar una gran cantidad de información finalmente procesada en el cerebro.

 

 


El segundo factor que influye es la configuración del sistema nervioso por medio del cual se transmite toda la información recibida en el aparato auditivo. Del oído interno parten miles de fibras nerviosas hacia el cerebro: una conexión de 30.000 neuronas.


La historia se complica mucho más cuando comprobamos que el sonido no posee solamente dos atributos unidimensionales como son la altura (alto o bajo) y la intensidad (fuerte o débil). Escuchamos un sonido e inmediatamente utilizamos un adjetivo para acotarlo: brillante, oscuro, suave, compacto, apagado, hiriente, limpio, retumbante, seco, claro, transparente, preciso,… Aparece el timbre como atributo multidimensional básico en la percepción sonora. Un concepto ambiguo, siendo imprecisa su explicación con una sola palabra.
Llegamos al tercer y último factor al encontrarnos con un sistema central ubicado en el cerebro. Hablemos de la inteligencia: no se hereda y depende siempre de los estímulos recibidos desde que nacemos, de las condiciones en las que se haya desarrollado nuestra educación, etc. Esto quiere decir que desde muy pequeños la vamos configurando, y por tanto, nuestra capacidad cerebral presente va a responder de una forma u otra a una gran variedad de estímulos acústicos. La percepción será entonces el proceso mediante el cual asignamos una información sensorial a toda una serie de datos previamente almacenados en nuestra memoria gracias a la propia experiencia, al aprendizaje individual.


La percepción musical, o actividad de escucha activa, implica la sensibilización al mundo sonoro en general y, en particular, a patrones organizados de sonidos de cualidad musical. En la Educación Primaria hay que comenzar por ofrecer al alumnado la posibilidad de identificar, discriminar y analizar los sonidos del entorno, así como familiarizarse con ellos. El progreso del alumno en la selección, descripción y apreciación de los sonidos le permitirá escuchar música con atención, comprendiéndola y disfrutándola (a través del lenguaje musical),  diferenciando: altura, duración y ritmo e identificando frases musicales y formas, percepción y memoria.
La práctica instrumental favorece el desarrollo integrado de capacidades muy variadas: cultiva simultáneamente destrezas motrices y capacidades auditivas. El conjunto instrumental, además, contribuye al desarrollo de actitudes y habilidades de cooperación.

Artículo realizado por: Rocío Belinchón Álvarez

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