Mecánica

El tudel.

Después de la boquilla , el tudel se puede considerar el segundo elemento del saxofón. Transmite la presión de aire ejercida sobre la caña y la boquilla dirigiéndola hacia el tubo principal del saxofón. Es una pieza de gran influencia sobre el instrumento, hasta tal punto que un mal tudel puede convertir un buen instrumento en un instrumento fatigado y mediocre.


De igual manera que una boquilla necesita una determinada numeración de cañas para su óptima emisión, el saxofón necesita un tudel acorde con su diseño. No es recomendable el intercambio entre tudeles de diferentes modelos de saxofones porque son elementos trabajados y concebidos  para que el sonido sea homogéneo, profundo y característico del tipo y modelo de nuestro instrumento.  Pero a veces ocurre  que, por nuestra forma de la embocadura o de dirigir el aire, un cambio de tudel hacia otro diseño nos beneficie. Es cuestión personal y de realizar las pruebas necesarias para contrastar las cualidades sonoras.

 

El saxofón alto, tenor, barítono y algunos modelos de sopranos  tienen tudeles curvados. El diseño es origen de los estudios que realizó Adolphe Sax  en los que descubrió  que un tubo curvado funcionaba acústicamente diferente a un tubo recto, especialmente cuando esa curva poseía un radio pequeño. Este  descubrimiento fue una de sus patentes más importantes. El radio de la curva influye en la inercia y la columna de aire, así como un tudel curvado es como si tuviera una longitud mayor.

Es de tanta importancia el diseño del tudel que ha sido objeto de estudio por muchos constructores a lo largo de la historia del saxofón. Hay opiniones diversas sobre el comportamiento del tudel. Una de las más destacadas es la que defiende que el comportamiento del tudel  varía sobre la afinación y los armónicos según las irregularidades producidas por pequeños golpes en las diferentes partes del cono.

Actualmente  podemos ver que se está generalizando el uso de tudeles macizos de plata, que con una composición del 99.9 % de este material,  así como los bañados en oro.  Son tudeles de un coste superior a los de latón pero que aportan una sonoridad muy determinada, siendo decisión preferida por muchos saxofonistas profesionales. El macizo de plata mantiene la oscuridad del sonido pero por la nobleza del material crea una proyección excelente y una homogeneidad sonora en todos los registros. El bañado en oro, da cuerpo al sonido ya que los primeros armónicos están más presentes. Esta característica,   a diferencia con el de plata,  no quiere decir un sonido oscuro, sino un sonido redondo, bien determinado.

 

Proceso de fabricación del tudel

 

La base de la construcción es el latón. Es una aleación de cobre y cinc con una composición que cada fábrica determina, buscando así  una resonancia diferenciada y característica.  Físicamente las diferencias  en la composición del latón se traducen en un color distinto, así como en variaciones de alguna o algunas de sus propiedades siguientes: resistencia, maquinabilidad, ductibilidad y resistencia a la corrosión.

La composición más común es un 65-70% de cobre y el resto de cinc. Si el cinc supera un 45 % de la composición hace que  se convierta un material de gran fragilidad, inaplicable para la construcción de instrumentos musicales. En cambio a más proporción de cobre se obtiene un latón más rojizo y maleable. En general su aspecto es brillante, inalterable y dúctil siendo de mayor dureza que el cobre.

 PASOS MANIPULACIÓN EN LA CONSTRUCCIÓN DE UN TUDEL 

 

La elaboración de un tudel consta de siete pasos:

·        Recorte: La primera operación consistiría en recortar el latón en una forma trapezoidal cubriendo las medidas necesarias. El corte se realiza con tijeras para metal de forma totalmente manual. (fig. Nº 1).

·        Pliegue del material: Sobre un mandril convertimos el trapezoide en un cono recto. Esto permitirá que el proceso de recocido y soldado se haga con una mayor facilidad. (fig. Nº 2)

·        Soldado y recocido: Se calienta el material a un punto de calor por debajo del punto de “rojo vivo”.  Esto hace que podamos manejarlo sin riesgo de rotura. El material ahora se convierte en dúctil y mecanizable admitiendo mayores posibilidades de moldeo. (fig. Nº 3)

·        Forma: Para modelar el tudel, el cono es llenado con agua y sumergido en baños que contienen Alcohol a -60 º. Esto ayuda que, una vez el agua se congele, doblemos el tudel sin perder la forma cilíndrica del tubo. (fig. nº 4)

·        Colocación de elementos accesorios: Este paso consta del ajuste de la longitud final del tudel, soldado de refuerzos y la fijación del tubo de conexión con el cuerpo principal. (fig. nº 5)

·        Pulido y lacado: En los dos últimos pasos realizaríamos la limpieza y pulido del latón, para eliminar las marcas del soldado, y una vez conseguido el brillo característico del latón, proceder al lacado final. El paso final del lacado es un punto que también diferencia una fábrica de otra. Algunas solo lacan el material con una capa de laca y otras con varias, permaneciendo la pieza diferentes tiempos de secado en hornos preparados para ello. El paso de la pieza por el túnel de secado aporta a la laca una dureza  que la prepara para el desgaste diario al que estará expuesto una vez usemos el instrumento.  (fig. nº 6 y 7).

 

 

 

Articulo realizado por: Sergio Jerez. Todos los derechos reservados por el autor. Queda prohibido su difusión sin previo consentimiento del autor.

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